La pipa de la discordia: actualmente la actividad económica se encuentra a niveles del año 2004. Esta comparación da cuenta de la magnitud de la recesión pero debe ser tomada con cautela. Es esperable que la salida de la cuarentena revierta el shock de oferta (cierre de sectores productivos) elevando rápidamente el nivel de actividad de los sectores productivos más afectados por la cuarentena. Por caso, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en 42%, su mínimo histórico. Sin embargo, no creemos que la economía registre crecimiento en forma de “v”, en el cual la actividad tiende rápidamente a los niveles pre-pandemia. Esto se debe a los efectos de demanda. En abril, el empleo descendió un 0,6% mensual y 3,1% anual, valor que no se registraba desde el 2003. Por su parte, los salarios reales que habían comenzado el año con incrementos, actualmente se desvalorizan frente a la inflación por la postergación de paritarias y las reducciones salariales acordadas en determinados sectores. Por lo tanto, esperamos un crecimiento en forma de pipa, es decir, una caída pronunciada de la actividad económica seguida de una recuperación moderada y paulatina. La velocidad de esa recuperación dependerá de diversas variables. Entre ellas, son fundamentales las políticas públicas tendientes a sostener el empleo y evitar el quiebre de empresas.
Brechas cambiarias y Reservas Internacionales: el PIB argentino se encuentra en caída libre desde el tercer trimestre de 2018 lo que, sumado al parate total del turismo internacional (siempre deficitario para Argentina), a un control de capitales estricto y a la suspensión de pagos de la deuda en moneda extranjera era visto como una gran chance para acumular RRII y contribuir así a mejorar los fundamentals macroeconómicos. Sin embargo, en tiempos donde se esperaría que el BCRA esté acumulando divisas de manera importante y constante en pos de no dejar atrasar el tipo de cambio oficial (TCO) vemos cómo las RRII brutas y netas han caído levemente en 2020. El derrotero de las RRII se encuentra explicado fundamentalmente por la dinámica de las brechas cambiarias y los incentivos que la misma genera. La acumulación de RRII aparece, a nuestro juicio, como una condición ineludible para embarcarse en un sendero de desarrollo y crecimiento sostenido que permita dotar a la economía de mayor certidumbre y alinear expectativas hacia adelante, sobre todo pensando en el día después de la pandemia y apuntando a un rebote de la actividad económica en los años subsiguientes.
Contexto inflacionario: en el actual contexto económico, con índices que reflejan una brutal caída de la actividad, estabilidad del tipo de cambio oficial, congelamiento tarifario y postergación de aumentos salariales, no sorprende encontrarnos ante una desaceleración en la suba de precios. No obstante, producto del ASPO se ha visto dificultado el normal relevamiento de los precios, lo que puede ocasionar distorsiones en la medición. Entre las presiones latentes sobre la inflación se destacan: la presión que ejerce el tipo de cambio por medio del diferencial entre las distintas cotizaciones, las devaluaciones de otros países de la región y la necesaria emisión para financiar el déficit. Todo ello, permiten suponer que los niveles actuales volverán a acelerarse en el mediano plazo. Aunque sin dudas, el principal factor que estará presente será el desenlace de la negociación de la deuda
Comentarios