● La corrida cambiaria previa a las elecciones generales dio lugar a un aumento de la
brecha que alcanzó el 172%. Nuevas regulaciones cambiarias, la ampliación del swap
con China y los resultados de las elecciones trajeron algo de calma en este segmento.
● La inflación continuó acelerándose y lleva dos meses con porcentajes superiores al 10%.
El nuevo programa de incentivo exportador busca compensar la apreciación real que
resulta mantener el tipo de cambio oficial fijo en este marco inflacionario.
● Hasta el 10 de diciembre identificamos tres escenarios. En el mejor de los casos -entre
los posibles-, la acumulación de reservas en el mercado de cambios oficial permite
mantener el control de los dólares financieros.
● En un escenario intermedio la incertidumbre electoral, posibles tensiones en torno al
FMI, el swap o un desarme de depósitos en pesos hacen que el gobierno pierda el
control del dólar financiero.
● En la tercera alternativa, las expectativas ante una posible dolarización sin dólares
disparan el dólar financiero y agotan las reservas del Banco Central, forzando una
devaluación del tipo de cambio oficial.
● Una vez definido el escenario electoral, creemos que el próximo gobierno ensayará
inevitablemente alguna forma de estabilización. En este caso, la clase trabajadora (en su
heterogeneidad) deberá luchar para condicionar los intentos de estabilización,
entendiendo que distintos planes tienen distintas implicancias distributivas.
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