RESUMEN EJECUTIVO
El total de desembolsos que recibiría la Argentina a través del nuevo Acuerdo de Facilidades Extendidas equivale exactamente al monto del préstamo Stand-By que ejecutó el gobierno anterior: DEG 31.914 millones, lo que actualmente equivale a aproximadamente a USD 44.500 millones.
Dados los pagos del anterior programa ya realizados, el nuevo programa implica un financiamiento neto extra de DEG 3.166 M (aproximadamente USD 4.400 M). Cada desembolso se repaga en 12 cuotas semestrales, a partir de 4 años y medio más tarde de haberse desembolsado. Los compromisos asumidos en el marco del Programa comprenden un período de 2 años y medio de duración y tendrán revisiones técnicas cada 3 meses.
El acuerdo incluye proyecciones macroeconómicas que revelan la trayectoria esperada para los próximos tres años. Además del déficit fiscal primario y la variación de RRII del BCRA -metas auditable del Acuerdo- se incluyen proyecciones de otras variables fundamentales -crecimiento del PIB inflación y saldo de cuenta corriente, aunque éstas últimas no constituyen metas de desempeño sobre las que se desprenden los desembolsos trimestrales.
Una de las metas del Acuerdo es un déficit primario de 2,5% del PIB para el año 2022, partiendo de un déficit de 3,0% del PIB en 2021. Para analizar la consistencia y factibilidad de cumplimiento de la meta de déficit primario se construyen dos escenarios. En el Escenario I se fija el gasto de capital (obra pública) igual a 2% del PIB, acorde a la proyección incluida en el Acuerdo, y se calcula un gasto en subsidios económicos compatible con dicho gasto de capital y con el cumplimiento de la meta de déficit primario de 2,5% del PIB. En el escenario II se fija el gasto en subsidios económicos a la energía igual a 2,4% del PIB, acorde a la proyección incluida en el Acuerdo de caída de 0,6% del PIB respecto al nivel de subsidios de 2021, y se calcula un gasto de capital (obra pública) compatible con dicho gasto en subsidios y con el cumplimiento de la meta de déficit primario de 2,5% del PIB.
Una de las conclusiones es que para cumplir la meta de déficit primario no es posible concretar un aumento del gasto de capital de 1,4% del PIB en 2021 a 2% del PIB en 2022 y a la vez una baja de los subsidios económicos de 0,6% del PIB respecto de 2021 (de 2,3% a 1,7%), sin ajustar otras partidas de gasto. Si se quiere sostener un gasto de capital de 2% del PIB, entonces deben bajar más los subsidios: tienen que caer 1,2% del PIB y no 0,6% respecto de 2021, para ubicarse en 1,1% del PIB en 2022. Esto implica una caída real de 49% tomando la inflación del Acuerdo.
A su vez, nos proponemos realizar un análisis de los efectos del Acuerdo sobre variables económicas clave en el corto plazo (2022) a través de un semáforo. Las políticas económicas que identificamos (evitar el default, contracción fiscal, contracción monetaria, reducción de subsidios energéticos y aumentar el tipo de cambio real) tienen efectos sobre distintas variables “resultado” (inflación, ingresos reales, actividad económica y cuenta corriente).
Por último, las políticas económicas planteadas en el acuerdo tendrían, a priori, un efecto positivo sobre la cuenta corriente. De todas formas, eso no implica de ningún modo que sea suficiente para garantizar el cumplimiento de las metas de RRII con el FMI y, mucho menos, que alcance para garantizar la estabilidad cambiaria y la sustentabilidad macroeconómica. Así las cosas, el nuevo acuerdo con el FMI, si bien implica políticas económicas tendientes a apaciguar las cuentas externas en el corto plazo, suma cuantiosos vencimientos a los ya holgados vencimientos con privados que plantean serias dudas sobre las posibilidades de la Argentina de cumplir con sus obligaciones en materia de deuda en moneda extranjera. Es decir, si bien se ha logrado evitar la imposición de las famosas reformas estructurales, la inexistencia de quitas (ya sea de capital o de intereses) y los reducidos plazos de repago se traducen en vencimientos que lucen improbables de cumplir.
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